lunes, 29 de marzo de 2010

La Niña Sin Lágrimas.

Por: Angie Bandera. (Edad  10 años)
Taller de creación literaria de Pelaya.

 
La niña siempre hacía lo mismo donde quiera que fuera, lloraba y lloraba.
Sus padres hacían todo lo que se les ocurría, la cargaban, le hacían cosquillas, la paseaban, pero por nada del mundo dejaba de llorar.

Le mostraron el arco iris de los mil colores, la flor que nunca dejaba de sonreír, el murciélago que cantaba de día, la manzana de la eterna juventud, pero ni así, al contrario, lloraba más.

La mamá le aguantaba mucho, se desesperaba menos que el papá, ella era mas tranquila, solo que se tapaba los oídos con dos mamones del patio de la casa, para no escucharla tan alto.

El papá quiso hacer lo mismo, pero los mamones le quedaban bailando en los oídos y por ese tiempo no había cosecha de cocos.

Esa mañana se levantó con los ojos tan profundos y morados por el desvelo, que no tuvo más que ver con la niña, la tomó de la manga de la blusa y la lanzó por el balcón de la casa.

Desde ese día la mamá ya puede dormir mejor, pero cuentan los vecinos que cada noche, antes de cantar los gallos, se escucha el grito de la niña, es un lamento que pone los pelos de punta, es la niña que sale a darle dos o tres vueltas a la manzana donde viven sus padres, sale llorando sin lágrimas, para atormentar a su papá.



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