Esta mañana me desperté y no podía creer lo que veía, todo, absolutamente todo estaba ardiendo en llamas pero nada se quemaba.
Cuando me miré al espejo, yo también estaba en llamas, aunque al principio me asusté, me tranquilicé, cuando noté que no me dolía y tampoco me consumía.
El balón con el que jugábamos, era una bola de fuego que no se derretía, compré una bolsa de papas fritas y también estaba en llamas, pero no pasaba a mayores.
Tomamos agua, y estaba hirviendo, por eso tal vez, no me apagaba, cuando me la echaban encima.
Llegó la noche me fui a dormir, la cama era como una gran estera de brasas, pero no me quemé.
Qué extraño, esto solo ocurrió un solo día, a la mañana siguiente todo era normal, pregunté, por qué pasaría eso el día anterior, nadie lo sabe…
Fin Autor: DARIO CESAR PEREZ ARGOTA.
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