Por: Said Moreno Vega
14 Años
Tamalameue
PERSONAJES:
MUERTE: quien intenta llevarse al sepulturero
SEPULTURERO: quien pelea con la muerte
BEATA: mujer que viene de la iglesia y enfrenta a la muerte
LUGAR: cementerio, lugar sagrado para los muertos
Entra la muerte al cementerio, el sepulturero y cuidandero del cementerio la sorprende:
SEPULTURERO: (contándole a la muerte), buscas algún vivo para matarlo?
MUERTE: ¡yo no busco ningún vivo para matarlo, te busco a ti!
SEPULTURERO: (muy asustado, respirando desesperadamente) ¡a mí! Habiendo tantas personas para que te las lleves? Si me llevas a mi no va haber quien entierre a las personas y quien cuide el cementerio
En medio del diálogo aparece una mujer devota al señor, vestida con un velo negro y un vestido blanco, acababa de salir de la iglesia e iba a visitar a sus familiares fallecidos. Cuando vio hablando al sepulturero con la muerte se asusta y se hace la señal de la cruz
BEATA: atrás demonio! En nombre del señor encomiendo mi espíritu y el de este pobre que no sabe lo que hace ¿cómo se les ocurre que la muerte va a estar hablando con una persona?
SEPULTURERO: estamos hablando porque ella dijo que me iba a llevar y lo único que estamos haciendo es hablar
MUERTE: yo hago lo que quiera en mi hogar, este es el hogar de la muerte.
BEATA: hasta donde yo tengo entendido esta es la casa de los muertos, le pertenece a Dios, porque el cuerpo de una persona pertenece en cuerpo y alma a Dios por ser su creador
MUERTE: (con una risa macabra), no me digas Beata, esto es y siempre será mío y no tienes derecho a hablarme así, quien le hable mal a la muerte le va muy mal: ¡quieres morir! El sepulturero se le enfrenta a la muerte y le grita.
SEPULTURERO: (dirigiéndose a la muerte y gritándole), no te permito que le hables así a una señora que solo defiende el bienestar del señor
MUERTE: (enfurecida tomó la hoz que llevaba y apuntó al sepulturero) no me trates así, quien trate mal a la muerte se irá con la muerte, el sepulturero y la señora se asustan y el sepulturero sale corriendo, la señora se queda sola y le grita al hombre ¡cobarde! ¡Cobarde! Nunca había visto a alguien así.
Entonces la señora se pone a rezar el padre nuestro y la muerte desapareció porque la oración del señor pudo más que la muerte
Por: Said Moreno Vega
14 Años
Tamalameue
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